El Instituto Nacional de Estadística (INE) publicaba este jueves la Estadística Continua de Hogares, que recoge datos sociales y demográficos hasta 2013, y en la que destacaba el aumento del número de personas que viven solas. Un dato que ha aumentado un 5,2% desde 2011, alcanzándose ya los 4,41 millones de personas que viven solas, lo que supone el 24,2% de los 18.217.300 hogares que hay en España.

Como consecuencia y paralelamente, el número de hogares también ha experimentado un ligero crecimiento, del 0,7%, que se traduce en 133.600 nuevos hogares, respecto a los datos del último censo correspondiente a 2011.

Según explica para 20minutos.es Rafael Puyol, catedrático de Geografía Humana de la Universidad Complutense de Madrid y vicepresidente de la Fundación del Instituto de Empresa, el motivo del crecimiento de hogares en los que solo vive una persona viene determinado a su vez por el aumento de hogares en los que viven personas mayores de 65 años, esto es, por el aumento del envejecimiento de la población, que en 2013 tenía un índice del 109,53%.

"El aumento de los hogares unipersonales está protagonizado muy mayoritariamente por personas mayores, de 65 años o más", explica el catedrático, que añade que eso hay que relacionarlo con "la intensidad del envejecimiento de la población española en su conjunto". Según datos del INE, la esperanza de vida al nacer para la población española se situó en los 82,29 años en 2013 (82,27 en 2011) y en julio de ese año había en nuestro país 8.344.944 mayores de 65 años (frente a los 8.116.350 de 2011).

Crece la tasa de envejecimiento porque al caer la natalidad aumenta el peso que los mayores de 65 años tienen sobre el resto de la población. A esto se une el hecho de que aumenta la longevidad, lo que hace que haya más personas de 65 años y que éstas vivan más. En 2013, los últimos datos publicados, la media de edad de la población española era de 41,80 años y las personas de más de 64 años representaban el 17,66% de la población.

Y en consecuencia, el aumento de los hogares unipersonales hace que a la vez aumente el número total de hogares, entre los que son más numerosos los ocupados por mujeres, con un 53,5% del total, frente al 46,5% en el que vivien hombres solos. Según los últimos datos, en España hay 1.805.600 hogares en los que vive una sola persona y ésta es mayor de 65 años.

"Las personas mayores si pueden prefieren vivir solas antes que vivir con la familia", explica Puyol. Esto, unido a las mejores condiciones de salud, hace también aumentar los hogares unipersonales: "Por lo general hasta cerca de los 80 años no suelen aparecer las discapacidades y las dependencias que obliguen a vivir con los hijos", hace ver el catedrático.

Otros fenómenos poblacionales no han podido evitar este crecimiento. Por ejemplo, en el caso del retraso en la edad de emancipación, que cada vez es más tardía. Según el INE, una de cada tres de las 6.353.800 personas entre 25 y 34 años que residen en España todavía no se ha independizado.

"Esto puede compensarlo ligeramente, pero el envejecimiento es tan intenso, cerca del 18% de la población total, que no puede evitarlo", explica Puyol. De hecho, "si los jóvenes se emanciparan antes aumentaría todavía más el número de hogares".

Tampoco los divorcios son un motivo importante en el aumento de los hogares donde sólo vive una persona. "Durante los años más duros de la crisis los divorcios estuvieron contenidos, porque cada divorcio implica unos desembolsos y en época de crisis esos desembolsos se producen con más dificultad, lo que determinó una caída de divorcios, que ahora están creciendo ligeramente", hace ver el catedrático.

Así, "la disminución del número de divorcios habrá contenido en alguna medida el aumento de los hogares unipersonales, pero sin detenerlo".

Este fenómeno del crecimiento del número de hogares "no solo se va a mantener, sino que se va a intensificar, porque el envejecimiento está creciendo de manera significativa". Como explica Puyol, "la longevidad es una conquista social, es un progreso que la gente viva más años y en mejores condiciones, pero es un progreso que no carece de consecuencias".

El 78,9% de los hogares ocupa viviendas de las que son propietarios, bien sea con pagos pendientes o sin ellos. A este respecto, el catedrático recuerda que "el español quiere tener su propia casa y a veces se empeña hasta las cejas para poder pagar la correspondiente hipoteca. España es un país donde tener una vivienda particular es una aspiración muy generalizada, no es algo nuevo". Es algo que nos diferencia de "otros países la movilidad residencial es mucho mayor".